HOGAR, DULCE HOGAR
POR PILAR GÓMEZ SUÁREZ
17/11/2020
“Vivir al abrigo de tu corazón y llamarlo HOGAR”
Todas las personas asociamos HOGAR a ese lugar físico, donde vivimos y donde compartimos parte de nuestro tiempo diario.
No obstante, el HOGAR del que hablo no es el lugar físico, sino ese lugar que tenemos en nuestro interior, en nuestro corazón.
En muchas ocasiones, hemos escuchado que el hogar está, donde está el corazón. Y así es, cuando encuentras amor y vibras en amor, has encontrado TU HOGAR.
¿Cómo es el hogar interior dónde vives?
Puedes estar tranquilamente a solas y sentirte lleno. Te da PAZ Y CALMA permanecer en este espacio.
Eres capaz de disfrutar siendo quién eres, tal cual, sin tener que buscar la aprobación de nadie.
Si somos capaces de encontrar la comodidad, el amor y la protección dentro de nosotros mismos, hemos conseguido LA FELICIDAD.
La felicidad no se busca, se siente, se respira, se palpa con tu corazón. Nadie te puede dar lo que tú no tienes dentro.
Cuando dentro de ti, vibras en AMOR, nada ni nadie de fuera podrá quitarte lo que tienes.
Sentirte segura y feliz en tu hogar, aunque no sea perfecto, es lo más grande que puedes darte a ti mismo.
Encuentra tu verdadero hogar, si aún no lo has encontrado. Nunca te conformes con aquello que no te haga feliz. Si aún no vives ese hogar en tu interior, pon todo tu enfoque en buscar todos aquellos valores que te lleven a construir algo bello en tu interior.
TU HOGAR ES TU CAMINO
Si ya has encontrado este hogar en tu interior, FELICIDADES, sigue disfrutando de él.
Si aún no lo has encontrado, ponte “manos a la obra” para construir el mejor hogar que puedas imaginar.
¿No sabes por dónde empezar?
Pregunta a tu corazón, él es sabio y sabe dónde tienes que dirigirte.
¡Escucha!
“¿Me oyes?
Soy yo, tu corazón,
Llevas tiempo sin escucharme,
Has creado un muro entre tú y yo,
estamos desconectados.
Un día decidiste,
anularme de tu vida.
Aún recuerdo,
Aquella situación que te dolió,
No pudiste afrontarlo
Te sentiste tan vulnerable,
Que obviaste tu dolor,
Porque no podías afrontarlo.
Ese día, te soltaste de mi mano,
Y me he quedado aislado,
Siento tu sufrimiento,
Pero no puedo hacer nada por ayudarte,
Porque me has olvidado.
¡Sigo aquí!
¡Dame otra oportunidad!
¡Tu hogar está conmigo!
¡ACEPTA EL DOLOR!
El dolor te hace más fuerte
Y avanzarás.
¡TEN COMPASIÓN!
Tú tienes que ocuparte de tu vida,
No puedes hacer nada,
Para cambiar a los demás.
Ellos tienen que seguir su camino.
Pero tú,
Tienes que practicar la compasión
Con los demás.
¡ÁMATE!
No tienes que ser perfecto,
Tienes que ser tú mismo,
Con tus aciertos,
Tus tropiezos,
Pero sobre todo, TÚ MISMO.
¡Coge mi mano!
¡Conéctate a mí!
¡Vuelve a tu HOGAR DULCE HOGAR!”
Y así es, cuando nos desconectamos de nuestro corazón, vamos a la deriva. ¡Coge tu rumbo y guíate por la brújula de tu corazón!